miércoles, 16 de abril de 2014

Comparaciones entre hermanos

Todos sabemos que las comparaciones son odiosas, pero también que una madre de dos siempre va a comparar. No me las voy a dar ahora de buena madre que no compara a sus hijos porque sí lo hago. Aunque no con ánimo de que uno gane y otro no, conste. Es que me tienen fascinada cómo pueden ser tan diferentes dos hermanos desde edades tan tempranas...

CARÁCTER

El Pitufo es un niño muy movido, pero a la vez muy “bueno”. Nunca ha tocado lo que se le ha dicho no debía tocar, nunca ha trepado por los sofás o se ha subido a una silla para llegar a algo que quisiera de un mueble alto. Hasta que no supo subir y bajar las escaleras solo jamás lo ha intentado, nos llamaba si quería ir arriba o abajo…

La Pitufa es más tranquila, más dormilona… pero tiene las manos más largas del planeta. No te la sientes encima si tienes cerca una mesa con cosas. Antes de que te des cuenta te ha tirado el café y está dando golpes a la taza con la cucharilla.

SOCIALIZACIÓN

Cuando al Pitufo le presentamos a alguien se queda mirándolo fijamente. Tras un largo rato de observación decide si le gusta o no, y por tanto si se va con él o no. Cuando bebé, si decidía irse con alguien podía estar todo el día con él, pero siempre teniendo a su madre controlada. Si yo desaparecía de su campo de visión se transformaba en Mr. Hyde durante horas. Luego se calmaba, y cuando yo volvía me demostraba su enfado no despegandose de mi y llorando mucho

La Pitufa cuando conoce a alguien sonríe, le mira, le hace gracias, le compromete para que le diga cosas… Pero es raro, muy raro, que decida irse con él. Si su mamá está en su campo de visión está con su mamá. Y punto. Si no estoy… le da igual. Se va con todo el mundo y es más feliz que una perdiz. Y cuando vuelvo me recibe con una sonrisa y una fiesta, pero ya no quiere estar con nadie más.

(**Nota: a la fecha de revisar, terminar y publicar este post, algo está empezando a cambiar en la Pitufa... y es capaz de estar ratitos pequeños viéndome y sin estar en mis brazos. ¡Y el sábado incluso estuvo toda la tarde fuera de mis brazos en la misma habitación que yo!

SALUD

El Pitufo es un crack. Mediático. Ha tenido mocos, como todos los niños del mundo mundial. Y los ha sacado tosiendo, como todos los niños del mundo mundial. Aparte de eso, la varicela y una conjuntivitis leve en 3 años y medio de vida. Ah. Y dos medias gastroenteritis. Pero solo a medias, lo justo para ver que algo no funcionaba bien por su estómago, vaya.

La Pitufa es una crack. Mediática. No pasa una semana entera sana. Bueno, vale, ahora lleva dos, pero alucinaíca me tiene. En casi 9 meses ha pasado dos bronquitis y media, una laringitis, dos gastroenteritis (menos mal que no se ha enterado de que hay mas -itis, porque las pilla también seguro). Y el moco y la tos son permanentes.

SUEÑO

Como os conté en el post de la lactancia, el Pitufo hasta los 17 meses se despertaba 4 y 5 veces por noche. No ha empezado a dormir del tirón de verdad hasta los casi 3 años. Y aún así hoy, por poner un ejemplo, me he levantado 3 veces porque me ha llamado desde su cama. Aún ahora lo tengo que llevar a la cama, quedarme un ratito con él y prometerle que “luego vengo y me quedo contigo toda la noche” porque si no, no se duerme (cuando estoy yo, ¿eh? Que se le puede dejar en casa de los abuelos tranquilamente, no quiero decir que sólo se duerma conmigo). Hasta los dos años aproximadamente no me tenía que quedar un ratito, sino hasta que se dormía.

Vale, ya he dicho que la Pitufa no está nunca sana. Y un niño malito duerme fatal. Pero cuando está sana se despierta una única vez en toda la noche. Y además la dejo en la cuna y me voy, y ella solita se duerme.

LIMPIEZA

Ahora, con sus tres años y medio, es cuando el Pitufo empieza a ensuciarse (básicamente porque se pasa el día revolcándose por el suelo, vaya). Pero de bebé yo le daba de comer sin babero y no se manchaba ni un poquito. Ni la barbilla. Muy rara vez he tenido que llevar muda para cambiarle en la calle (y claro, esas veces me pillaba desprevenida y no la llevaba….

La Pitufa es una marrana. Punto. Babea mucho, pero mucho, mucho. Así que los vestidos están siempre sucios. No se le puede dar de comer sin mancharla. Y si se nota la boca sucia se limpia con la manga (en serio). Aún así, si la tengo que cambiar en la calle… también me pilla desprevenida y sin muda. Qué le vamos a hacer.

COMIDA

Venga, aquí no hay diferencias. Los dos son como limas. Comen de todo y todo les gusta. Suerte que tiene una.


¿También son tan distintos vuestros hijos entre sí? ¿Hacéis comparaciones entre ellos? ¡Confesad!

¡Hasta el próximo post! ¡Nos leemos!