lunes, 28 de marzo de 2016

El tiempo de calidad

¡Buenos días!

El día que me organice también para no correr tampoco con el blog, os lo cuento... ¡La semana ha pasado volando!

¿Os habéis encontrado madres del tiempo de calidad por ahí?


Si sois habituales de las redes sociales, y os movéis en el ambiente materno de las mismas, ahí están. Siempre tienen una manualidad que enseñar, una exposición visitada, una receta que hacer con los niños... Porque lo verdaderamente importante es que el tiempo que pasas con ellos sea de calidad, hacer muchas cosas con ellos para que tengan recuerdos preciosos. Fomentar a su vez, con ello, su creatividad.

O yo soy muy desorganizada (que lo soy), o soy un poco zarpas (que también). Pero es intentar hacer algo y...

Las manualidades: veo algo en Instagram, o en algún blog dedicado a hacer cosas con niños. Veo posts y/o fotos de madres que dicen que no tenían nada que hacer esta tarde lluviosa con los niños y han hecho esta actividad. Así que en una tarde lluviosa busco ideas, toda entusiasmada yo... Hasta que topo con la realidad. ¡Pero si no tengo ni la mitad de los materiales necesarios! Que sí, que hay muuuchas ideas para hacer con materiales reciclados, con cosas que todos tenemos en casa, pero ¿y la pistola de silicona? ¿y las pinturas acrílicas? ¿y la purpurina? ¿y los washi-tapes? ¿y el pis de unicornio? Para ponerte una tarde tonta a hacer manualidades necesitas una habitación llena de materiales. Y yo no la tengo. Buscaremos otra cosa.

Planes de ciudad con niños (cuenta cuentos, exposiciones...) Yo no sé los hijos de las demás. Pero los míos están deseando que llegue el fin de semana para (a) Quedarse en casa de los abuelos y hacer de ésta su feudo particular (b) Dormir siesta como si no hubiera un mañana. Súmale a esto que realmente no vivimos en Zaragoza, sino en Utebo. Que está cerca, y yo estoy muy feliz de vivir aquí, pero hay que sumar unos 15 minutos a cualquier desplazamiento que quieres hacer a Zaragoza (mientras escribo esto pienso en que este comentario hará reir a los residentes en Madrid, claro). Esto hace muy difícil, pero muy muy difícil estar a una hora decente en cualquier sitio. O tienes que ir a buscarlos al quinto pino, o tienes que despertarlos de la siesta. Y aguántalos después de despertarlos de la siesta. A veces hacemos cosas, y las que hacemos son guays, pero... no las hacemos con la frecuencia deseada (y eso que ahora hacemos bastantes, porque forma parte de nuestro cambio)

Cocinar con los niños: Esta es una de mis favoritas. Los niños me piden cocinar conmigo, porque me lo piden. Pero me lo piden cuando estoy haciendo la comida normal, cuando estoy picando cebolla y/o con el fuego encendido, cuando estoy cocinando contrareloj porque es casi la hora de cenar. Y entonces no puedo, claro. ¿Cómo les voy a dejar el cuchillo? Prometo que les dejo hacer cosas, hasta a veces les dejo que vuelquen ellos la comida en la sarten, pero es un estrés de no toques esto, que te quemas y de cuidado con ese cuchillo, no te vayas a cortar. Entonces, un día busco una receta para hacer con ellos, algo fácil, madalenas, un bizcocho, rosquillas... yo que sé. Pero eso no. Al principio vienen con entusiasmo, pero se cansan enseguida. Ni revolver la masa, ni mancharse las manos (de hecho, eso lo llevan fatal, ¿qué clase de niños no soporta mancharse las manos cocinando?). Nada, siempre acabamos en un termina tú, mamá.

Juegos de mesa: soy rara, lo sé. Me gustan mucho los juegos de mesa, peerooo... soy incapaz de jugar con los niños. ¡No siguen las reglas! ¡Las reglas están para algo! ¡Los turnos se respetan! ¡Las fichas se dejan en el tablero! ¡Ay! Me supone un estrés tremendo, de verdad. Mira que intento relajarme, pero no hay manera, oye. A veces veo a runnerpapi enfrascado en una partida con ellos, siguiéndoles el rollo de no seguir las reglas, jugando con las fichas como si fueran figuritas e inventando historias, y me digo que es muy bonito, y que la próxima vez yo también lo haré así... pero no puedo. ¡NO PUEDO!

Total, que o las madres del tiempo de calidad viven estresadas perdidas, o yo estoy perdida para la causa. Pero de verdad que hacer según qué cosas con los niños me resulta muy estresante. Y eso que cuando tengo pis de unicornio me lo paso pipa haciendo manualidades con ellos, y cuando hacemos planes urbanos los disfrutamos, y cuando cocinamos, el rato que aguantan, lo pasamos genial, y cuando jugamos a juegos de mesa... no, aquí no, no puedo ;)

¿Y vosotros? Hacéis cosas con los niños? ¿Cómo os organizáis?

¡Nos leemos!

lunes, 21 de marzo de 2016

Operación pañal

¡Buenos días!

Hoy vengo con retraso, pero vengo. Desesperada, os lanzo un grito de auxilio...


La causa de mi desesperación no es otra que la operación pañal. Estamos inmersos en ella con la Pitufa y es cada día más desesperante, cada día estoy más aborrecida...

Así como con el Pitufo la cosa fue como la seda, con ella llevamos... ¡desde septiembre! Eso hace un total de 6 meses (¡6 meses!) de operación pañal y sin perspectiva de que acabe pronto.

Por poneros en situación, la Pitufa en junio, al acabar la guardería, estaba preparadísima para la retirada del pañal. Tanto la profe como yo estábamos de acuerdo en esto, cumplía la mayoría de los signos. Los principales con los que coinciden todos los expertos son:

- Tiene coordinación suficiente para saltar con los dos pies
- Muestra interés cuando los adultos van al baño
- Trata de imitar al adulto cuando va al baño
- Se mantiene seco por periodos de unas dos o tres horas (este no sé a quién se le ocurrió, pero yo no aguanto dos o tres horas sin ir al baño así, como norma general)
- Tiene palabras para definir el pis y la caca.


En fin, que así en general parecía ir todo bien. Entramos en el verano e hicimos un primer (y tímido) intento. No funcionó, y volvimos al pañal. Llegó septiembre, y ante el estupor de la profe de la guardería, la niña seguía llevando pañal. Le conté que no había sido posible y decidimos esperar.

Entonces, un buen día... mamá, no me pongas panan, yo quero baguitas como las mayoyes. ¡El signo definitivo! ¡Lo había pedido ella misma!

Ilusa... la cosa fue bastante bien los 15 primeros días. No pedía, pero tampoco se hacía encima. Y de repente... ¡sorpresa! Empezaron los escapes. Avisaba ¡mama, me he hecho pis! Como somos comprensivos, modernos, y muy puestos en el refuerzo positivo, no le dimos importancia, le decíamos que no pasaba nada, que tenía que avisar pero que no pasa nada si se escapaba, y le hacíamos fiestas cuando hacía en el orinal.

Pasaron las semanas, y los escapes empezaron a ser continuos. El "no pasa nada" dio paso a ignorar que se hubiera hecho pis encima. Ni media palabra, se le cambia la ropa y a otra cosa. Refuerzo positivo cuando hacía en el orinal, eso sí.

Pasaron los meses, y dejó de avisar cuando se hacía pis (o caca) encima. Si os fijáis ya no hablo de escapes... La paciencia empieza a agotarse, por lo que la ignorancia de los hechos dio paso al ¡Pitufa! ¡Pero si sabes hacer bien en el orinal! ¡Tienes que avisar!. Fiestas cuando hace en el orinal, felicitaciones, sellos en la mano, pegatinas, chuches... yo qué sé, todo lo que se nos ocurre para que vea la felicidad de hacer pis y caca en el orinal.

Y así andamos. Unos días muy bien, otros días fatal. Lo malo es que reconoce cuándo tiene ganas (a veces avisa con tiempo, en el cole se hace menos que en casa, e incluso a veces va ella sola sin avisar a la profe) pero le da igual hacerse encima. Y te contesta con desfachatez:
- Pitufa, vamos a hacer pis.
- No.
- ¿Cómo que no? ¿Y eso por qué?
- Porque ya me he hecho encima.


O peor aún, se lo toma a guasa. Vamos a poner el pijama, y se quita el pantalón y las braguitas mirando a la par que dice A ver, a ver, qué hay por aquí... ¡mira! ¡caca!. Por si os lo preguntáis, sí. Me dio la risa.

Hemos reaccionado de todas las maneras posibles en ciclos, unas de manera consciente y otras por pura desesperación:

- Quitar importancia + refuerzo positivo
- Ignorar + refuerzo positivo
- Bronca + refuerzo positivo
- Chantaje + refuerzo positivo
- Conductismo + refuerzo positivo


Nada da resultado. Los avances son nulos. A veces me planteo volver a ponerle el pañal. Luego pienso que el verano está cerca y con él la fecha límite, la entrada en el cole de mayores, y entro en pánico.

No sé qué hacer. ¿Me ayudáis? ¿Seguísteis alguna estrategia que os resultó? ¿Algún consejo?

¡Nos leemos!

Nota al pie: cuando hablo de orinal, hablo indistintamente de orinal, váter y váter con adaptador. Y por supuesto, siempre que es posible, a elección de la interfecta.
Segunda nota al pie: ha elegido ella sus braguitas, y le da exactamente igual mancharlas. Por si estáis pensando darme ese consejo.

lunes, 14 de marzo de 2016

Lista de tareas nocturna

¡Buenos días!

¿Qué tal ha ido la semana? ¿Afrontáis con buena cara esta que entra? Hoy os cuento uno de los pequeños cambios que os avancé en el primer post tras la vuelta.


A todos nos ha dicho nuestra madre de pequeños que dejemos las cosas preparadas por la noche para no olvidarnos nada por la mañana. A mi también, claro.

Pero te haces mayor, no tienes a tu madre detrás, y las buenas costumbres se pierden. Así que ahí nos tenías a runnerpapi y a mi por las mañanas, después de desayunar, preparando mochilas del cole, neveras con los tupper para la comida del trabajo, ropas... un estrés.

Y este es uno de los cambios que hemos hecho. Decidimos que a partir de ahora correríamos sólo por diversión (copyright by remorada).

¿Que lo que os cuento es básico? Sí, lo es. ¿Que seguro que lo hacéis todos en vuestras casas? Pues seguro... pero no lo hacíamos. Y ha supuesto un verdadero alivio hacernos la check list nocturna.

Tiene cuatro cosas:

- Almuerzos (de niños y padres)
- Mochilas
- Neveras
- Ropas

Antes de ir a dormir revisamos que esté todo hecho, y esto tan simple ha aliviado nuestras mañanas. Son cosas que en realidad haces en un minuto (de ahí que antes las hiciéramos por la mañana). Pero son unos minutos ganados al estrés matutino. A veces dejamos hasta la cafetera (usamos cafetera italiana) lista para tan sólo encender la vitro.

¿Y vosotros? ¿Dejáis todo preparado por la noche? ¿Cuáles son vuestros trucos para ganar tiempo al tiempo?

¡Nos leemos!

lunes, 7 de marzo de 2016

Anécdotas: superpoderes, sueños y vuelta al cole

¡Buenos días!

¡Perdón! Al retomar el blog, y aunque no os lo dije, mi idea era ir publicando de momento un post semanal, los lunes. Y en nada y menos ya he faltado a mi cita dos veces... Los dos últimos fines de semana fueron muy intensos, hicimos un montón de cosas, y no saqué tiempo para escribir. Iba a decir que no lo tuve, pero sería faltar a la verdad, casi siempre hay tiempo para hacer las cosas. Lo que pasa es que muchas veces hay que buscarlo y sacarlo de otras cosas... y no lo hice.

Hoy os traigo una breve recopilación de anécdotas que espero que os hagan sonreir. Ya que no consigo recuperar la dinámica del #7dias7sonrisas, lo que haré será poneros algunas anécdotas pitufiles de vez en cuando.

El "poder princesa":


A los pitufos les dio una temporada por jugar a los superhéroes. Un día oigo a la Pitufa... "¡Supelpinsesa! ¡¡Podel pinseeesaaa!! ¡¡Chuu, chuu!!". Casi me atraganto de la risa... ¿quién dijo que las princesas eran lánguidas y esperaban al príncipe azul sentadas en su torre?
Interrogados sobre en qué consistía el "poder princesa" me dijeron que era un poder especial que ganaba a todos (menos al Pitufo, claro) con sólo poner las manos extendidas por delante del cuerpo.

Un sueño hecho realidad

En Utebo, donde vivimos, se celebra todos los años una Feria Mudéjar en el entorno de la Torre Mudéjar del pueblo, recreando esta época histórica y con representaciones acerca de la historia de la Torre. Un poco como las Bodas de los Amantes en Teruel. El caso es que entre las casetas que pusieron había un cetrero con sus aves. El Pitufo se hizo una foto con un águila y nos dijo que "ha sido el mejor día de mi vida. Hacerme una foto con un águila ha sido un sueño hecho realidad". Ahí es nada, no es ni teatrero el tío. Le faltó decir "ya puedo morir tranquilo" o algo similar.

Casa abueyos no

Situación: recién empezado septiembre; los pitufos habían pasado todo el verano (obviamente, excepto nuestras vacaciones) entre casa de los abuelos y casa de los yayos. Quedándose a dormir siempre que les apetecía; el día que no se quedaban los dejábamos por la mañana antes de ir a trabajar. El día de los hechos la guardería ya estaba abierta, todavía no había empezado el cole. El Pitufo en casa de los abuelos, la Pitufa en casa. La subo en el coche para ir a casa de los abuelos y me espeta: "Mamá, casa abueyos no. Quero ir al cole con Enena". Como comprenderéis, me di la media vuelta, cogí la mochila de la guarde y la llevé. ¿Se puede desear una vuelta al cole menos traumática?

Y con eso y un bizcocho, me despido por hoy. ¡Pasad buen lunes!

¡Nos leemos!