martes, 29 de enero de 2013

Mi lactancia

¡Buenos días!

A raíz de la semana de la lactancia de la madre novata, me he decidido a contar mi experiencia. Ya no llego a que me enlace en su último post, pero si queréis leer un montón de testimonios interesantes sobre el tema, no dejéis de pasaros por él, ha enlazado la experiencia de muchas madres blogueras.

Veréis, hasta que no me quedé embarazada nunca me había planteado si daría teta o biberón. Para mí lo normal, lo que había visto y vivido en mi entorno cercano, era dar un mes de teta y después pasar al biberón. No me había planteado una lactancia prolongada.

Pero me quedé embarazada, y en la era de la información (y para alguien como yo, a quien le gusta saberlo todo sobre lo que está viviendo en ese momento) no podía pasar otra cosa más que encontrar mil y una páginas en internet. Todas las opiniones de los expertos eran rotundas. Lo mejor para el bebé es lactancia materna a demanda y en exclusiva durante seis meses, como complemento de la alimentación hasta los dos años, y después continuar hasta que el hijo y la madre quieran.

Así que yo, como todas las madres, decidí hacer lo mejor para mi hijo. Me informé acerca de cuáles son los errores más frecuentes en la lactancia (no dar realmente a demanda, pensar que tu leche no es buena porque el niño no engorda como los que toman biberón, una mala postura del niño al mamar...) y de cómo intentar que no te pasen. Me informé, ya en la visita a la matrona de los 15 días después del parto (y mucho antes de nacer el niño por internet), de cómo almacenar la leche materna, y de cuál era la mejor manera de preparar al niño para cuando fuera a la guardería y tuviera que tomar biberón (que, por supuesto, le iba a dar con mi leche).

Tuve suerte. La verdad es que tuve mucha suerte. No flaqueé cuando el niño lloraba como un energúmeno las dos primeras noches (digan lo que digan, para mí que el calostro no les alimenta suficiente). No le di el biberón que me dieron en el nido cuando llamé toda preocupada porque no me parecía normal que llorara tanto. Y se cogió bien al pecho. Le tuve que corregir la postura un par de veces y mi niño, que es más listo que el hambre, se quedó con la copla. Así, y pese a que incumplí una norma básica que me había prometido no incumplir (le di chupete el tercer día, no aguantaba más los lloros y fue mano de santo. Total, de la teta tampoco sacaba nada entonces, no notó la diferencia), la lactancia quedó perfectamente instaurada antes de abandonar el hospital. La suerte continuó después, cuando le tuve que dar biberón porque me reincorporaba, lo cogió bien, y nunca dejó de gustarle la teta porque el biberón era más fácil. El único problema con el biberón fue al introducir los cereales, que nunca los quiso en biberón (y con cuchara con reparos) y que tenía que ser de mi leche. La de fórmula como que no.

¿Que si fue un camino de rosas? Claro que no. Mi hijo es un tragón. Y al principio lo tenía unos 40 minutos en cada pecho. Y le tenía que dar de comer cada dos horas más o menos. Haced la cuenta. Sí. De cada 120 minutos lo tenía 80 al pecho. Lo que me dejaba libres... 40 minutos. Las 24 horas del día, sí. Día y noche. Así de crudo. Hasta que no tuvo unos dos meses (más o menos) no espaciamos las tomas y, aunque es verdad que él ya había cogido práctica y no estaba mucho más de 10-15 minutos en cada pecho, para entonces yo seguía totalmente zombi.

Espaciamos las tomas, pero eso no me dio mucha "libertad", la verdad. Siempre tenía que estar yo para darle de comer. Y antes de empezar con la alimentación complementaria no pasaban 4 horas sin tener que darle, lo que no me permitía más de 3 horas y media separada de él. No aguanté los seis meses de lactancia exclusiva, introduje los cereales a los cuatro. Principalmente porque yo tenía que volver a trabajar, así que para las 6 horas de guardería dejaba un biberón pequeño sólo de leche y un engrudo casi sólido de cereales hechos con mi leche, era la única manera en la que los tomaba. Al principio me tenía toda la tarde pidiendo teta el pobre. A los seis meses introdujimos la verdura, y pude sustituir el engrudo (que se lo tomaba, pero malamente, no le gustaron jamás los cereales) por purés de verduras.

Y así aguantamos hasta los 15 meses más o menos. Entonces, un poco cansada de la esclavitud que me suponía la lactancia, le quité gradualmente las tomas del día. Le dejé sólo las de la noche. Estamos hablando de que el niño tenía 15 meses y yo aún me levantaba cuatro o cinco veces cada noche para darle el pecho. Imaginad las ojeras permanentes que tenía esta que escribe. A los 17 meses no aguanté más. Aprovechando que él ya entendía (incluso hablaba ya un poco) le dije que tenía pupa y que no podría tomar más hasta que me curara. Lo seguía durmiendo en brazos, y él me acariciaba con la manita para curarme. Y conseguimos dormir un poco más.

No voy a mentir. Durante mucho tiempo se siguió despertando las mismas 3 o 4 veces por noche. Pero no era lo mismo. Ya era sólo ponerle el chupete y vuelta a la cama. Y aún ahora se despierta (gracias a Dios  ahora sólo lo hace una vez, dos a lo sumo, cada noche) aunque ya está empezando a dormir alguna noche entera.

En definitiva, todo salió bien. Tanto, que para la que viene en camino repetiré. Incluso prolongaré si duerme más por las noches.

Y ahora, tras mi experiencia, ahí va mi opinión sobre el controvertido asunto lactancia materna vs lactancia artificial.

Como decía el otro día en Twitter, di el pecho 17 meses. Defiendo (incluso con hechos) la lactancia prolongada. Pero cuando alguien habla de las "talibanas de la teta" jamás me he dado por aludida. Es más, yo misma he usado el término. En cambio hay quien enseguida piensa que hablan de ella. ¿Por qué? Si de verdad respetas la opción elegida por otras madres, ¿por qué piensas que el término "talibán", totalmente contrario al respeto, va contigo?.

¿Qué habría pasado si yo no hubiera dispuesto de tanta información? ¿O si no hubiera estado dispuesta a tantos meses de sacrificio? Porque no nos engañemos, aunque sabemos que es lo mejor para nuestros hijos, aunque lo hacemos con amor, alegría y cariño por ellos, aún con todo lo que me queráis decir, estar 17 meses sin dormir es un sacrificio. Estar 15 sin poder separarte de él más de 3 horas es un sacrificio. No poder salir con tu marido ni una noche a cenar en 17 meses porque nadie más que tú puede dormir al niño, que además se puede despertar en cualquier momento, es un sacrificio. En ocasiones he leído  mensajes en foros en los que decían, literalmente, no me lo invento, que la que considera eso un sacrificio no es una buena madre. La que no está dispuesta a hacer eso no lo es, por no anteponer los intereses de su hijo a los suyos propios.

Lo siento, pero no. Si yo tuviera un trabajo más estresante, o en el que tuviera que prestar más atención, os puedo asegurar que no lo habría hecho. ¿Me convertiría eso en peor madre? No lo creo. Si fuera una persona que llevara peor la falta de sueño, no lo habría hecho. ¿Sería peor madre por eso?. Entiendo perfectamente a quien decide dar el biberón porque piensa que su leche no alimenta lo suficiente. O porque no quiere tener al niño "colgado a la teta" como yo lo tenía 80 de cada 120 minutos. O porque ha tenido alguna dificultad para que el niño coja bien el pecho. O porque ha tenido cualquier otro problema. O, simplemente, porque ha elegido eso para su hijo.

Alguna vez he leído que comparaban a quien elige voluntariamente no dar el pecho con quien le deja jugar con unas tijeras. Cordura, señoras. Que no le quiera dar el pecho no es lo mejor para el niño, estoy de acuerdo. Pero, desde luego, malo no es. No implica un riesgo para el niño. Se puede criar igual de bien. Sí, he dicho igual de bien. ¿Que no es lo mismo? Desde luego. Como tampoco es lo mismo comprar la carne en el súper en bandejas que comprarla en la carnicería del barrio. Como no es lo mismo respetar al máximo las recomendaciones nutricionales en cuanto a cantidades máximas de hidratos, proteínas animales y vegetales, y vitaminas, que dar una dieta menos equilibrada y chuches de vez en cuando. Y a nadie se le ocurriría pensar que la segunda de esas madres no quiere lo mejor para su hijo.

Y con este post que me recuerda a mis inicios, donde escribía un testamento cada vez que me ponía, os dejo hasta el viernes. Os espero para haceros sonreír.

¡Nos leemos!

domingo, 27 de enero de 2013

7 días, 7 sonrisas (XXII)

¡Buenos días!

¿Sabéis esa frase típica de "no es por ti, es por mí"? Hoy la aplico pero al revés. Después de no haber publicado las sonrisas el viernes, pensaba no hacerlo ya... pero he pensado que lo voy a hacer por vosotros. Porque sé que os gusta. Porque el blog al fin y al cabo "must go on". Porque cuando no las publico me las pedís. Bueno, y también por mí, porque me encanta recibir luego los mails con vuestros comentarios, me dan subidón de energía. Apuesto a que os voy a "mentir" mucho. No las tengo anotadas, voy a hacer memoria. Así que eso supone dos cosas: que casi todas serán del Pitufo, que son las que se quedan grabadas, y que alguna probablemente no sea del día en el que la pongo.

VIERNES:
Mi S.E. había estado toda la semana de viaje. ¡Teníais que ver la cara del Pitufo cuando su papá llegó a casa! ¡Genial!

SÁBADO: Vamos el Pitufo y yo a comprar a una gran superficie. Mientras compramos, una señora le hace un comentario sobre lo guapo que está con la gorra que llevaba puesta y lo mayor que es. Al momento...
- ¿Sabes una cosa?
- ¿Qué?
(yo)
- No te digo a ti, le digo a esta jeñora
- Dime, guapo
(la señora partida de la risa)
- Que voy a ser el hermano mayor del bebé.
(a ver si cuando nazca lo lleva con tanta alegría)

DOMINGO: Ok, no se me ocurre nada especial, y llevo un buen rato pensando. Fue un domingo de ésos que pasan sin pena ni gloria, no vamos a mentir. Una mañana tranquilita con mis chicos, y la tarde con el Pitufo sola porque mi S.E. se fue a sus obligaciones como voluntario del mundial de balonmano. Suficiente motivo para sonreír lo de pasar la mañana tranquila con ellos, es cierto. Así, aunque sabéis que me gusta poner cosas un poco más concretas, y se supone que ése es el fin de estos posts, me quedo con eso.

LUNES: Primera revisión con el ginecólogo, que cuando le llamé para decirle que quería cita porque estaba embarazada me mandó (por aquéllo de las fechas) lo primero de todo a la ecografía y luego ya la cita con él. Descubrí a un señor encantador, muy cariñoso y divertido. Que, además, dio por hecho con el informe de la ecografía que es una niña, por lo que deduzco que el ecógrafo se suele confundir poco. ¡Bieeen!

MARTES: Bueno, vale, confieso (pero sólo confieso porque podéis saber que el martes no hubo partido de España). Esta es también del lunes, pero del martes no me acuerdo de nada, y esta también es buena. Partido de la selección española de balonmano en el Pabellón Príncipe Felipe de Zaragoza. Llevamos al Pitufo a verlo, y le avisamos ya por la mañana. Al llegar al cole lo primero que le dijo a la seño fue: "¿Sabes qué? Vamos a ir al parltido de Españia. Pero en una pista muy grlande, no en la tele."

MIÉRCOLES: Una cosa muy tonta, pero a veces que las cosas tontas te hagan sonreír es lo que más agradeces, ¿no?. El caso es que la madre novata ha hecho esta semana la "semana de la lactancia". El lunes hizo un post muy bonito, y el miércoles uno muy instructivo. Yo tuiteé ambos posts a mis seguidores con una frase ingeniosa, y ella le gustó, y me lo dijo. Pues eso, la cosa más tonta del mundo, que me diga que le gusta cómo he publicitado su post me hizo sonreír.

JUEVES: Sin anestesia, a las ocho de la mañana. El Pitufo (que dice que él tiene también un bebé en la tripa) me ve vestirme y me dice todo preocupado:
- Mamá, tú tienes tetas y yo no
- Claro, sólo tienen tetas las mamás, los niños y los papás no tienen
- Pero los bebés toman leche de las tetas
- Sí...
(no sabiendo dónde quiere ir a parar)
- ¿Y qué va a comer mi bebé si yo no tengo tetas?
- Si quieres le damos de las mías
(saliendo del paso como puedo)
- No, mira, mejor le damos leche de la de la nevera en un biberón, porque los bebés también toman biberón
- Así me gusta, cariño. Sin prejuicios.

¿Qué tal os ha ido esta semana? ¿Me contáis qué os ha hecho sonreír?

¡Nos leemos!


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viernes, 18 de enero de 2013

7 días, 7 sonrisas (XXI)

¡Buenos días!

Hoy otra vez llegan tarde, pero aquí están las sonrisas de esta semana...

VIERNES:
¡Gané el concurso #Twitterman que cada viernes hace la revista Quo en Twitter!. Ellos lanzan cinco preguntas (de una en una, claro) y el primero en contestar correctamente y que incluya el hastag gana una revista. Había participado alguna vez más, pero nunca había sido lo suficientemente rápida.

SÁBADO: Como todos los sábados, y como nunca me acuerdo de que ella las publica los sábados y nunca falla, me sorprendió el mail que me avisaba de que Pilar había publicado su entrega de sonrisas. Me encanta que lo haga, y me encanta leer sus sonrisas. Me hacen sonreír a mí también.

DOMINGO: Por la mañana. El Pitufo pintando tumbado en el suelo. Y de repente le oigo decir... "Este biujo tan bonito será para el bebé". Cuando acabó de pintar me dio un montón de folios y me dijo que eran los dibujos para el bebé.

LUNES: Primera ecografía, no esperaba que me dijeran nada del sexo del bebé por ser demasiado pronto. Y me dijo "habrá que confirmarlo, pero todo apunta a que es una niña. Si tuviera que decir algo, desde luego diría que es niña". ¡Bieeen!

MARTES: ¡Sesión de risas en casa de mis padres! De pronto el Pitufo dijo que teníamos que jugar al escondite y allí fuimos mi hermana, mi padre y yo. ¡Divertídisimo cuando nos encontraba o nosotros a él!. ¡Se reía a carcajadas!

MIÉRCOLES: Me di el masaje con chocolaterapia que me regaló mi S.E., ése que os dije en otra entrega de las sonrisas. Mmmmmmm. Debería estar prohibido quedarse tan a gusto...

JUEVES: Fui con el Pitufo a ver a mi abuela... ¡en tranvía! No veáis la ilusión que le hizo. Me pidió pagar, y cuando salió el billete de la máquina me dijo que lo guardaba él. Que no lo iba a perder "porque si no se creberán que hemos pagaro, mamá".

¿Habéis sonreido mucho esta semana? ¿Qué es lo que más os ha hecho sonreír?

¡Nos leemos!


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viernes, 11 de enero de 2013

7 días, 7 sonrisas (XX)

¡Buenos días!

Recupero las sonrisas (bueno, el contárolas, que dejar de sonreír no lo he hecho) tras el parón navideño...

VIERNES:
Terminar de comprar algunas cositas que faltaban, y a pesar de hacerlo a última hora y casi sin ideas, salir contentos de lo que habíamos comprado. Creo que el el primer año que nos gusta 100% lo que hemos regalado, y no hay ninguno de ésos que dices "lo he comprado por comprar".

SÁBADO: ¡Día de Cabalgata! El pitufo estaba emocionado, pero además fue increíble ver su cara cuando vio llegar al Rey Melchor. ¡No había visto nunca una expresión de asombro tan perfecta! Boca perfectamente redonda, ojos abiertos como platos... ¡genial!

DOMINGO: Aparte de lo obvio, que vinieron los Reyes Magos y la emoción del Pitufo al ver sus deseados Playmobil, no puedo dejar de mencionar este post que me dedicó mi amiga Peineta.

LUNES: "Mami, eres mala". "¡Que noooo, que es bromaaa, que eres muy buenaaaaaaaa!" me suelta el Pitufo. Así, de corrido. Sin darme tiempo ni a preguntarle por qué soy mala.

MARTES: Mi hermano, @curropar, me dijo que tenía un regalo de Reyes para mí... ¡Me ha comprado el dominio! Ahora podéis poner sólo runnermami.com, que llegáis igual al blog.

MIÉRCOLES: Quitando el árbol de Navida con mi hermana Teresa y el Pitufo. De pronto, el Pitufo nos suelta... "¡Guapas, que se ha "querado" ahí una bola!"

JUEVES: Puede parecer una tontería, pero cuando algún fabricante nos trae almuerzo nos alegran la mañana. Si ya son bocadillos, como los que nos trajo Brother ya ni te cuento. Es el preferido de casi todos (por encima de las napolitanas, los muffins, las galletas y un sinfín de cosas más que nos suelen traer. ¿A que mola trabajar aquí?

¡Nos leemos!


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jueves, 3 de enero de 2013

Mi deseo para 2013

Me uno a la iniciativa de Mamá qué sabe y os cuento aquí mi deseo para el 2013

Deseo no esperar que nadie haga especial mi vida. Hacerla especial yo día a día.

Porque muchas veces esperamos lo imposible. Porque muchas veces pretendemos que sean los demás los que adivinen qué es especial para nosotros. Porque si intentamos hacer especial nuestra vida seremos más felices. Porque nadie debe querernos más que nosotros mismos.

¿Cuál es tu deseo de año nuevo?

¡Nos leemos!


miércoles, 2 de enero de 2013

Wishlist y una sonrisa que vale por siete

Estos días ha habido un movimiento tanto en Twitter como en los blogs (al menos en los maternales, desconozco si también en los de otras temáticas) llamado #yoregalotrabajo.

Se trataba de fomentar el peqeuño comercio y los regalos artesanos frente a la impersonalidad de las Grandes Superficies. La verdad es que yo, como cada año, y debido sobre todo a que a estas alturas de la película no sé aún ni qué regalar, caeré en una de ellas. Lo que no impide que me encanten los regalos artesanales, y más cuando a lo largo de 2012 he descubierto tantas artesanas fantásticas.

He pensado que este año a los Reyes Magos les voy a pedir:

Una de las fantásticas láminas de la Niña Sin Nombre. Muero por ellas.

Cualquier cosita de la web de Una mamá para dos, que hace cosas preciosas. Me encanta todo, todo, y todo. Y hoy al poner este enlace he descubierto los marcapáginas, que molan mil.

Tengo ya la que más me gusta (la del abrazo), pero me pueden traer otra de las tazas de la madre novata.

Incluyo también en la lista de deseos un portabebés ergonómico de brazos y abrazos, de ésos que sirven desde el nacimiento hasta que el niño ya ni aguanta ir en brazos. Me han contado que no hay punto de comparación con las mochilas como la que yo tengo (que, en cualquier caso, y durante el tiempo que pude, la llevé muy a gusto).

Me encantan también los muñecos de Tarsagurumi. A esta artista le puedes pedir lo que quieras, que te lo hace con su ganchillo en un momento. Lo mismo te hace unos novios personalizados como la muñeca de los dibujos de moda.

Para ponerlo un poco más fácil, he pensado que quiero: una de las láminas de nacimiento de la Niña Sin Nombre, una pulsera multimamá o una camiseta de embarazada de Una mamá para dos, la taza de la embarazada con el café de la madre novata, y un chupetero de Tarsagurumi.

Porque todos estos regalos son geniales para una embarazada y/o madre reciente. Así que apunta la lista por si no me lo traen los Reyes, porque en julio quizá me quieras regalar alguna de estas cosas cuando nazca mi segundo hijo...

Esta sonrisa vale por 7, así que supongo que me perdonareis la falta del post "7 días, 7 sonrisas" del viernes pasado, ¿no?

¡Nos leemos!