martes, 20 de enero de 2015

Crónica de una carrera (II)

¡Buenos días!

En esta segunda parte sobre mi debut como runner os cuento la carrera. Mi primera carrera. La I Carrera de Empresas organizada por ESIC Zaragoza.


¡¡Preparada!!

Me levanté temprano, para desayunar tres horas antes de la carrera. Con esto previenes posibles indigestiones. Y bebí, bebí muchísima agua para estar bien hidratada. Entre esto y los nervios, no sé ni las veces que hice pis esa mañana. Salí con tiempo de casa, los nervios no me dejaron hacer nada más que vestirme y hacerme la foto. Además, la zona de la carrera no es de fácil aparcamiento, y quería asegurarme de aparcar cerca, no quería tener que dejar nada en el guardarropa. Llegué, y me bajé del coche con la ropa de la carrera y un poncho impermeable (que luego fue a la basura) por toda vestimenta. Así como me veis, vamos.

La mañana no salió especialmente mala. Aunque chispeaba, no hacía mucho frío para ser diciembre, lo que se agradeció. Y el tiempo luego respetó la carrera; no llovió ni un poquito.

Ya os dije en su día que la carrera era por equipos. La premisa a seguir es que los miembros de cada equipo debían salir y llegar juntos, con no más de 5 segundos de diferencia.

Quedamos con el resto de los equipos de la empresa que se habían apuntado, y tras los saludos iniciales nos separamos de ellos para hacer nuestro calentamiento: unos minutillos de trote ligero y Venga, un par de progresivos propuso Pilar. ¡Ay! Empiezo a ver la diferencia entre ellos y yo... ¡si son dos profesionales!

Les pedí que tiraran de mí porque yo no conocía mi verdadero límite, ya os conté la semana pasada que nunca había llegado al mismo en entrenamientos. Me contestaron que no. Que irían a mi ritmo al menos la mitad de la carrera. Y dependiendo de cómo me vieran entonces tirarían o no.

Ya en línea de salida, el equipo de 100 Pies Eventos y 10K Club Zaragoza hacen las dedicatorias oportunas (a las cinco empresas que más equipos presentaron, al público en general... esas cosas). Después se dedican a animar, ponen música marchosa, nos hacen calentar un poquito a todos apiñados un poquito ¡Venga, unos saltos! ¡Carrera en el sitio! ¡¡Arriba esas manos y un buen grito para descargar adrenalina, vamos!!.

¡¡Pistoletazo de salida!! ¡¡Primeros metros de runnermami!!

Me dejaron entre los dos, uno delante y uno detrás todo el rato, para que yo no fuera la que tirara. Pero se adaptaron a mi ritmo fenomenal. Me hacían forzar un poco en la cuesta arriba y me hacían relajar el cuerpo y dejarme llevar en la cuesta abajo. Me animaban, me empujaban, me decían lo bien que íbamos... Y alcanzamos el primer kilómetro ¡Oh, Dios! ¿cómo puede ser que llevemos sólo un kilómetro? Se me hizo muy largo...

A partir de ahí la cosa mejoró. Con el reloj GPS que me había dejado runnerpapi fui monitorizando el ritmo. Descubrí que iba mucho mejor de lo que esperaba, así que cuando notaba que subía de 6:55 minutos por kilómetro apretaba un poco. Aún tenía aliento, lo estaba consiguiendo.

Llegamos al kilómetro cuatro, el avituallamiento. Ya me había dicho runnerpapi que nunca pasara un avituallamiento sin beber, aunque no tuviera muchas ganas. Miguel y Pilar secundaron esta idea. Pero no bebas tampoco mucho, igual te da flato. Termino de beber. ¡¡Ya estamos a la mitad!!

Aquí tuve un momento de crisis. Al final de este tramo se daba la vuelta, con lo que nos cruzábamos ya con la gente que iba mejor. Claro, te cruzas con los primeros y no te da mucho bajón, pero cuando te cruzas con el grueso de la carrera... piensas en el paquetón que eres. Reconozco además que había un equipo de mi empresa con el que yo pensaba que iríamos más igualados, por el perfil de sus componentes. Y cruzarme con él no me gustó mucho, la verdad.

Pero cuando al otro lado del Canal vimos al pelotón de la empresa tiré de humor No hay hoja de reclamaciones, chicos, ya os dije que llegaríamos los últimos de la empresa. Pilar volvió a tirar de motivación Tu meta hoy es terminar sin hacer ningún tramo andando. Con esto ya habremos ganado todos (gracias, Pilar).

Los chicos de Corriendo Voy se encargaron del reportaje gráfico.
Mala suerte que sólo nos pillaron en este tramo y en la meta

Dimos la vuelta, avanzamos otro kilómetro... Y fue cuando cumplieron lo prometido. María, veo que puedes hablar. Es el momento de apretar, sólo quedan dos kilómetros Como soy una inconsciente les dije que sí... Y me llevaron a 6:20 minutos por kilómetro durante el resto de la carrera. ¡¡6:20!! ¡¡Recordad que mi ritmo era de 7:00!!

Se hizo menos duro al ir Miguel estableciendo pequeñas metas: Mira, a las de rosa las pasamos en un momento. Adelantadas. ¿No ves el cuerpo que tiene ese? Los adelantamos pero ya. Adelantados. ¡Anda, anda! ¿Cómo no vamos a coger a esos de blanco?. Adelantados. Pero mujer, que de la empresa de ésos de ahí no hay nadie detrás, tendremos que llegar delante de algunos, ¿no? Adelantados.

Ya se veía la meta. Estábamos ahí mismo. Y Pilar decidió apretar más las tuercas: María, hay que esprintar cuando lleguemos a la señora del abrigo morado del público, me dijo. No puedo, contesté. Siempre se puede, María, dijo Miguel. No quería decepcionarles, y apreté. Se podía, ¡claro que se podía! y apreté acelerando hasta alcanzar un ritmo punta de 4:46. En mitad del sprint vi a runnerpapi, le vi aplaudir al reconocerme, no le oí pero le vi animarme. Y llegamos, cruzamos la meta de la mano. Y fue cuando pasó esto (10 primeros segundos del vídeo, no más), fue cuando casi muero:



Fue una gran experiencia. ESIC consiguió, al menos con nosotros, el objetivo: fomentar el compañerismo en un gran ambiente deportivo. Miguel y Pilar podían haber buscado otro compañero que tuviera un ritmo parecido al suyo. Pero decidieron correr conmigo, que no lo había hecho nunca.

Como ya hice en Facebook en su día les agradezco tanto a Miguel como a Pilar su disposición y sus ánimos, su generosidad y su humor. A Alberto sus ánimos y el empujón que me dio para empezar a correr, tanto con aquél pique como con su ejemplo y voluntad durante todo este tiempo. Sin ellos no habría sido posible. Gracias.

¡Nos leemos!

miércoles, 14 de enero de 2015

Crónica de una carrera (I)

¡Buenos días!

El gran día pasó, y yo todavía sin contarlo... Si es que no tengo perdón de Dios. Allá mi crónica de una carrera. De mi primera carrera. Hoy, en la primera parte, el mes de entrenamiento.


Como os conté cuando os dije que me había apuntado a la carrera, a un mes de la misma tenía que empezar a entrenar. Mi forma física no era ni mucho menos para correr 8 kilómetros, y había que ponerse las pilas. Eso sí, a mis compañeros ya les avisé de lo que había, para que no se llevaran a engaño.

Lo primero es lo primero: en la aplicación que utilizo para el móvil diseñé, el plan de entrenamiento, que seguí bastante bien, con una constancia inusitada hasta entonces para mí. Tenía una meta, no hacer el ridículo, y eso me empujó.

Y realmente día a día notaba los progresos pese a ser un plan no demasiado exigente: todos los entrenamientos empezaban y acababan con 5 minutos andando. Y la mayoría de ellos tenía una duración máxima de 30 minutos, lo que eran 20 corriendo.

Pero los domingos tocaba tirada larga, una hora de entrenamiento. Y eso fue lo más difícil, vencer la barrera psicológica de la primera tirada larga. Yo no creía que realmente, como le había dicho a la aplicación, fuera capaz de correr 20 minutos seguidos.

El ritmo... ¡ay, el ritmo! En los entrenamientos cortos la cosa pintaba bien. Un ritmo de unos 7 minutos por kilómetro (algunos 7 y pico, otros 6 y pico...). Así, calculé que en unos 7*8 = 56 minutos podría acabar la carrera. Y llegó la primera tirada larga, la que me tenía corriendo 50 minutos, la que me daría un concepto más real de la carrera... y a la alegría de haber aguantado tanto tiempo corriendo sin parar a andar, se unió la decepción: bajé a 8 minutos por kilómetro. Y en la otra tirada larga, más de 7:30... ¡Uf! Les recordé a mis compañeros que la cosa pintaba mal:

No me salté tantos, ¿no?


Durante todo el mes me estuvieron animando. Durante todo el mes me estuvieron diciendo (runnerpapi incluído) que no es lo mismo entrenar que hacer una carrera. Miguel, el optimista, me dijo que bajaría a 6:30 por kilómetro... y yo no hacía más que pensar en la decepción que se llevarían todos el día D.

Me esforzaba, claro que me esforzaba, pero aún así siempre notaba dos cosas. Una, que nunca, en un entrenamiento, daba todo de mí. Creo que es miedo, miedo a que a medias me de la pájara y no poder volver, a quedarme por ahí tirada. El límite no lo alcancé nunca. Y la otra, quizá derivada de esta primera, es que no llegaba a donde quería llegar, sentía que no podría hacerlo...

La semana de antes, MiCoach me reservó entrenamientos suavecitos. El del día anterior tenía la vista puesta en la carrera, el miedo en el cuerpo, la adrenalina y los nervios a flor de piel... ¡había llegado el momento! Se había acabado el tomárselo a risa, el picar a Miguel y Pilar diciéndoles los días que había entrenado, el contarles el ritmo que había llevado. Mañana lo verían ellos con sus propios ojos. Lo sentirían en su propia piel.

La semana que viene os cuento el resto. Si me seguís en las redes sociales ya sabéis cómo acabó, pero os contaré el intríngulis, el durante. ¿Y vosotros? ¿Qué retos os habéis ido proponiendo y superando? ¿Habéis corrido alguna carrera?

¡Nos leemos!

miércoles, 7 de enero de 2015

Resultado #Today4114

¡Buenos días!

Cuando Scarlta ya está con el #Today5115, yo aún no he publicado el resultado del #Today4114. Y no será porque no haya dado días para enlazarlo... En fin, os dejo con el pobre resultado de mis propósitos... Me doy un suspenso. Pero de los gordos, además.



Salir a entrenar al menos dos días a la semana Este no empezó muy bien, pero a fin de año lo doy por cumplido, ya que he cogido rutina de hacerlo.

Participar en una carrera popular ¡Yujuuu! Por fin no me da vergüenza llamar runnermami a este blog. No he participado en una, sino en dos. Al límite, las dos en diciembre... ¡pero objetivo cumplido!

Ir a Inglaterra con los Pitufos El padrino de la Pitufa ha sido padre, y ni por esas.

Salir a cenar con el santoesposo dos veces Ni dos, ni una, ni media. No nos hemos ido a cenar solos. Un año más.

Leer al menos un libro al trimestre He leído cuatro libros, sí, pero no uno al trimestre. Lo doy por no cumplido porque lo que quería era tener un hábito continuado, no un atracón de lectura en dos semanas y luego meses sin leer.

Ir al cine. Pues nada, van ocho años sin ir al cine. ¿Estaré estableciendo un record?

Perder los 6 kilos que me sobran El clásico esta vez ha sido cumplido. Con creces, he perdido más de seis.

Hacer fotos de los niños una vez al mes Tengo hasta un aviso en el móvil y nada.

Publicar una vez a la semana. ¡Ja! ¡Espera, que me da la risa!

Desmaquillarme todas las noches La coletilla de "informo de que voy por el buen camino" me la podía haber ahorrado... empecé bien, pero voy a rachas. Un mes si, tres semanas no...

No retrasar el despertador Este como el de desmaquillarme. Unos días sí, otros no... Objetivo no cumplido, por supuesto.

Ir a una casa rural con nuestros amigos los de los mellizos Pues mira sí. De este año sí ha pasado. Qué penica.

Hacer al menos uno de los álbumes pendientes. Un álbum dice... anda que....

Mimarme un poco ¿La peluquería "por obligación" cuenta? ¿No? Pues nada...

Total, que este año no participo en el #Today5115 por varias razones: que no cumplo lo que me propongo y que no me ha dado tiempo a prepararlo. Pero les deseo mucha suerte a todas las que participan.

¡Nos leemos!