miércoles, 20 de agosto de 2014

Mis 7 pecados capitales (maternales)

¡Buenos días!
Hoy vengo a contaros mis pecados capitales, aplicados a la maternidad. ¿Queréis saber en qué situaciones peco? Seguid leyendo, entonces...


AVARICIA

Soy muy avariciosa con el tiempo. Para mí, la mayor riqueza ahora mismo es MI tiempo. Ése en el que estoy sola, sin tener que encargarme de ellos. No hablo de irme de juerga, o de ir de compras, ni nada de eso...
Simplemente tiempo para estar yo tranquilamente, tejiendo, leyendo, viendo la tele... Y soy una avara con él. Aprovecho hasta la mínima ocasión en la que alguien se ofrece a ocuparse de ellos. O directamente llego a casa de padres o suegros y los endilgo sin más dedicándome yo a tejer. Que no es lo mismo que cuando estoy sola del todo, es cierto. Pero por eso digo que soy avara, porque aprovecho hasta el mínimo resquicio.

ENVIDIA

No soy muy envidiosa, aunque pienso que el fondo todo el mundo tiene un poso de envidioso, creo que es normal que cuando alguien tiene algo que tú quieres sientas una punzadita de envida. Y yo la siento, tengo envidia de las madres perfectas que siempre llevan a los niños impecables pero sin impedir que jueguen, que llevan en el bolso cualquier cosa que los churumbeles puedan necesitar en cada salida que hacen, que les dan una dieta sanísima y equilibradísima, y ellas están siempre impecables también. ¡Iros a la porra, hombre ya!

GULA

Lo confieso. Cuando los niños están comiendo algo que me gusta (no necesariamente chuches o chocolate, al Pitufo dale una ensalada de pepino y será feliz cual perdiz, como yo) estoy expectante. Espero el momento del no quiero más (rara es la vez que no llega) y doy una única oportunidad ¿seguro?. Ante la respuesta afirmativa me tiro en plancha. Y así me va, que luego a veces se arrepiente y bronca al canto... ¡ay, la gula!

IRA

Me enfado con ellos más veces de las que me gustaría. Últimamente están muy llorones y no lo aguanto, así que cuando ya llevan mucho rato llorando me cargo y salto a la mínima. O me enfado, por ejemplo, cuando los acuesto y al rato llora la una, o baja el otro desde la cama, y ya no tengo mi tiempo, el ratito de ver la tele un rato antes de irme a dormir, tranquilamente con el #santoesposo.

LUJURIA

Hombre, ¡que lo queréis saber todo!

PEREZA

Más que pereza, perezón. Me da mucha, mucha pereza el momento baño-cena-acostar. Me da pereza pensar en las cenas y comidas (y de hecho al final se encarga el #santoesposo de eso).

SOBERBIA

¿Soberbia? Yo no soy soberbia, no necesito serlo. Mis hijos son los mejores. Y punto. Son los más listos, los más simpáticos y los más divertidos. Son los más guapos. Y los más graciosos.

¿Os pasa también? ¿Me confesáis vuestros pecadillos?

¡Nos leemos!

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10 comentarios:

  1. Coincidimos casi en todo. En la avaricia no, aunque ya me gustaría, pero entre unas cosas y otras, casi no tengo tiempo para mí. Y la lujuria, haberla haila, y más en mi estado preñil, pero muchas veces la pereza es la que gana. ¡Ah! Y la envidia, yo también la tengo, además soy de las que creen que no existe la envidia sana, pero envidio otras cosas, como el tiempo libre, los tipazos de otras madres, ....
    Besazos guapetona.

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    1. ¡Uy! Que no digo que tengo tiempo, no... Digo que soy avariciosa con él. Vamos, que el poco que tengo no lo comparto con nadie... Y siempre busco el modo de tener más.

      ¡De la lujuria no he hablado, oiga! ;)

      Yo también pienso que no existe envidia sana. La envidia es envidia, y es insana por naturaleza. Y si hay algo parecido a la envidia sana es la admiración, que no sé por qué nos cuesta tanto decir que admiramos a alguien, hombre ya.

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  2. este post es muy divertido!!! xD

    pero... ¿pepino? noooo, lo odio!!! T___T

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    1. ¡Gracias! Viniendo de una artista de los posts graciosos es el mejor de los piropos...

      Adoro el pepino. De verdad que me encanta. Y al Pitufo más, el otro día lo preparé para mí (él ya había cenado). Él ya estaba en la cama, pero cameló a su padre para quedarse "un ratito más en el salón". Total, que el sinvergüenza de él ve el plato y dice "ummmm, pepino... pues yo aunque he cenado aún tengo un poquito de hambre". ¡Ni una triste rodaja me dejó!

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  3. Umm así que tienes pecados eh???........ jajaja me admira como te los sabes si me mandas deciertelos seguro que alguno me falta :) El de la envidia totalmente de acuerdo contigo pero como lo hacen esas madres y encima tienen tipazo!!! así no se puede!!!! De todos el que más me preocupa úlimimante es el de la pereza porque me esta dando un perezón el volver a trabajar!!! será eso de la depresión post-vacacional snif snif.
    Bueno pecadora me ha encantado tu post muy original, pero nos hemos quedado con ganas de saber algo de la lujuria, XD
    Bssss

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    1. A ver... que tuve que buscar uno... (no me acuerdo de cuál era)

      Encima tienen tipazo, ¡¡qué cabronas!! (aunque seguro que hay truco, sólo tenemos que hurgar y descubrirlo... yo que sé... seguro que no se lo pasan tan bien como nosotras, por decir algo).

      Lo de la lujuria es secreto de confesión, oiga. A ver si lo voy a ocntar todo...

      ¿Qué tal la vuelta al trabajo?

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  4. Jajaja a mi me pasa con el de la gula. Cuando la bichito come pollo empanado con patatas en cuanto me dice no quiero masssss.....para allá que voy jajajja a terminarle el plato.

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    1. El santoesposo a veces me riñe, porque dice que no le doy ni un segundo para arrepentirse... ¡¡pero son lecciones de vida, hay que entenderlo!! (¿suena muy mal? es que así me consuelo un poco, jaja)

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  5. Jajaja... Me ha encantado tu post. Es la primera vez que entro en tu blog, pero te has ganado otra seguidora. Me apunto a casi todos tus pecados, en especial la avaricia de tiempo, la pereza ante las rutinas nocturnas y la soberbia... mis chicos también son los más guapos y los más listos y los más divertidos! Envidia me dan esas madres que al mes del parto están delgadas y guapísimas. ¿Cómo lo hacen? Fácil, no tienen el pecado de la gula y yo sí ;)
    Te dejo mi blog por si quieres pasarte:
    http://diariodeunamadredelsigloxxi.blogspot.com.es/

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    1. ¡¡Muchas gracias, y bienvenida!! Soy inconstante, soy la menos runner de todas las madres que conozco... ¡pero aquí estoy!

      ¿Qué tal vas como bimadre? Cuatro meses he leído que tiene el pequeño, ¿no? ¡Pero se llevan muy poco, sólo dos años! Yo quería que fuera así, pero en realidad creo que no lo habría resistido... ¡sois unas valientes las que os decidís!

      Y oye, quiero saber lo de por qué tu hijo se pegó el invierno diciendo "capullo" por culpa de Pocoyó. Seguro que es una anécdota genial.

      Mira, te lo voy a confesar. Yo al mes del parto (en ambos) estaba muuucho mejor que antes de embarazarme... Pero los finales de lactancia me matan. Como igual que durante la lactancia, pero no quemo ni la mitad, y claro....

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