lunes, 8 de abril de 2013

Sonrisas tramposas (7 días, 4 sonrisas XXXI)

¡Buenos días!

He titulado este post Sonrisas tramposas porque no es un 7 días, 7 sonrisas... No las publiqué en su día por falta de tiempo, y por la misma razón hoy publico sólo las que tengo anotadas, que no son siete...

Por cierto, que quiero agradecer a todas esas personas que pasan por aquí los viernes (Google Analytics me dice que los viernes hay un pico de visitas, publique o no, lo que significa que hay gente que viene de propio a buscarlas) buscando sonreír un poquito. Os lo agradezco y os pido disculpas porque no están siempre ahí.

VIERNES:
Las últimas de la semana anterior estuvieron relacionadas con la Semana Santa... y la primera de ésta también. Fuimos a ver una procesión y el Pitufo, cuando pasó, no quería ir a casa. "A casa no, quiero ver más psosesiones con tambores, mamá".

DOMINGO: Acuesto al Pitufo, y al rato de estar en la cama me llama. "Mamá, ¿cuándo es la hora de levantarse? ¿Qué numeros tiene que poner en ese reló?" (estaba en mi cama, el reloj es el despertador digital que tengo en la mesilla) "Tiene que poner un 8, cariño". Al ratito nos llama desde lo alto de la escalera. "¡Mamá, ya pone un ocho, hay que levantar!". Claro, explícale que el ocho tiene que estar delante de todos los números, no detrás del 23:...

LUNES: Viendo la tele con mi S.E., uno de ésos programas absurdos, haciendo comentarios absurdos sobre el mismo. De pronto se gira, me mira fijamente y me dice "Es muy divertido ser tu marido"

MARTES: Este es el verdadero motivo por el que no quería dejar pasar las sonrisas de esta semana, aunque sea tarde y mal. Casi me muero de la risa cuando me lo contó mi Santo Esposo...
Situación: S.E. sale de trabajar y va a casa de mis padres a buscar al Pitufo. Aprovechando que yo estoy en Pilates y la casa de mis padres en el centro de Zaragoza decide ir a mirar unas zapatillas de deporte en una tienda que acaba de descubrir no muy lejos...
Decide ir andando. Eso supone, a paso del Pitufo, como una media hora para ir y otra media para volver. Por el camino además hace dos paradas. La de avituallamiento (y compra una bolsa de cacahuetes) y la de evacuación (el Pitufo no aguantaba más el pis). Llegan a la tienda, y mientras al padre le sacan unos 15 modelos de zapatillas el hijo se dedica a tirar los cacahuetes por la tienda, mover las zapatillas de exposición de un lado a otro y preguntar unas 500 veces "¿no compramos zapatillas para mí, papá? ¿cuándo nos vamos, que me quiero ir a casa?". El padre, harto, decide marcharse... sin comprar nada. "Ya volveré otro día más tranquilamente", le dijo a un vendedor con cara de asesino.
En el camino de vuelta el Pitufo se planta delante de un bar y le dice a S.E. que quiere tomar un café (aclaración: para el Pitufo "tomarse un café" es tomar un vaso de leche en un bar, independientemente de lo que tomen los demás). Con el consecuente pollo cuando el padre le dice que no. Al final, como el padre también tenía que hacer parada de evacuación y veía que a ese paso no llegaba al coche (ni mucho menos a casa) decide darle el gusto al niño y entra. Pide un café para él y una leche para el niño. Lo sienta en una mesa y le pide al camarero que lo vigile un momento, que va al baño. El niño se niega a quedarse en el bar "porque tiene que haser pis" y entra con el padre. Tras intentar que hicera, él mismo dice "Papi, no sale, si acabo de haser". El padre se pone a lo suyo, y en el momento justo en el que no se puede mover ya... ¡el niño se escapa del baño!. Claro, había dejado su café en la mesa...
De verdad que casi me muero de la risa cuando me lo contó mi S.E. por la noche, no sé si así contado ahora tiene la misma comicidad...

¿Habéis tenido vosotros una buena semana? ¿Tenéis alguna anécdota que nos ayude a superar el lunes?

¡Nos leemos!


¡Copia la cadena de sonrisas en tu blog!

10 comentarios:

  1. ¡Vamos que me toca a mi y salgo corriendo como sea! :P ¡menos mal que no soy hombre jejejeje! un besote desmadroso

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    1. Para hablar con sinceridad, él empezó a darse la vuelta... Pero claro, aquéllo no pudo ser y tuvo que esperar...

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  2. ¿Y que hizo S.E. cuando el pitufo salio corriendo? yo en el aeropuerto me las veo y deseo a veces cuando me toca volar sola con ella, llevamos el carrito, ella y yo andando... y yo necesito ir al baño. Aquello suele ser una aventura para que no termine en drama la cosa :) Yo me rei mucho esta semana cuando a la peque le digo, cuidado no te acerques al fuego de la chimenea que esta muy caliente y coge ella y le sopla y se acerca (porque con la comida le digo “ esta caliente, sopla primero‘). Un besazo y buen lunes!

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    1. Empezó a darse la vuelta, vio que eso no era posible, y esperó a terminar. Hay que tener en cuenta, claro, que el bar estaba casi vacío y el camarero ya conocía al niño (porque antes de entrar el padre ya le había dicho que se lo vigilara un segundo) así que tampoco iba a ir muy lejos... Y también hay que contar con que el Pitufo no es muy valiente que digamos. Lo máximo a lo que habría llegado (aún sin vigilancia del camarero) habría sido la mesa donde estaba su leche. Ni se le pasaría por la cabeza salir a la calle.

      ¡¡Lo del soplado es genial!! Feliz semana, guapísima

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  3. Te tengo abandonada, pero no m eda tiempo a todo...
    Estoy enamorada de tu hijo, es tan gracioso!!
    Un beso,
    Marialu

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    1. Sólo faltaría que hubiera obligación de algo... cuando quieras, cuando puedas, y sin presión. Que si hablamos de abandono tengo las de perder... ;)

      Tiene cada salida matadora... espera a las de esta semana, que está que se sale.

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  4. Me ha encantado lo del café o leche, del pitufo, es un crack

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    1. Yo no sé de dónde ha sacado esta afición a los bares (o sí, jejeje) pero tiene una obsesión con tomarse un café en un bar que no veas.

      Es el mejor premio que le puedes dar... O_o

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  5. Jajaja, lamento no haber pasado todos los días de publicación por tu casa, pero leerme todas las sonrisas de una tacada es genial. No paro de reírme.

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    1. No lo lamentes, mujer. Aquí no se obliga a nadie a nada. Y si te ha servido para reírte un buen rato mejor que mejor, ¿no?

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