jueves, 16 de agosto de 2012

El parto, ese gran momento


Ya aviso en la cabecera del blog que lo de runner está por ver. ¡Pero es que me estoy dando cuenta de que lo de madre, por lo visto también! Así, en todos los blogs maternales el tema principal es el hijo en cuestión, como sería lo obvio. Pero aquí se le menciona de vez en cuando y ya. Por cumplir el expediente, vamos.

Como no hay madre bloguera que se precie que no haya contado su parto, hoy me toca a mí. Abstenerse no-madres impresionables. Que no quiero yo reducir la tasa de natalidad, y quiero tener sobrinicos en algún momento. Sí, Deliadel, va por ti. Luego no me digas que no avisé. ;)

Os cuento que iba yo tranquilamente por mi semana 37 así, tan ancha y tan pancha. Porque tuve un embarazo envidiable (y envidiado, que tengo una amiga que se animó entre otras cosas por mi embarazo y mira, aún me lo echa en cara). Ni una molestia. Ni nauseas, ni ciáticas, ni malas ganas, ni pesadez, ni hinchazón, ni kilos de más (de hecho tuve kilos de menos). Más feliz que una perdiz, vamos. Y total, como me quedaba aún una semana para la FPP (fecha probable del parto para los que no estáis habituados a la terminología preñil)…

Salí de trabajar ese viernes tranquilamente y me fui a pasar la noche a casa de mis padres. Porque yo estaba tan ancha, pero S.E. y mis padres no. Y él tenía entrenamiento esa noche hasta las 23 y por la mañana se iba a ir de casa a las 08, así que pasamos la noche allí “por si acaso”. “¿Por si acaso, qué?” Decía yo. Bueno, esa noche lo descubrí.

A las 2 de la mañana me levanto al baño. Hago pis. Me vuelvo a la cama. Tengo ganas a los 2 minutos. Vuelvo al baño. Observo que el líquido es blanquecino… ¡Ay madre! ¡Esto va a ser lo que nos explicó la matrona! Como buena alumna aplicada, sé que no he roto aguas, que simplemente tengo un pinchazo en la bolsa, así que me lo tengo que tomar con tranquilidad pero eso sí, ir inmediatamente al médico porque existe riesgo de infección. Allá vamos. Despierta al marido, a la madre, al padre… Como están mis padres, cómo no van a estar mis suegros… ¡Dios mío! ¡Yo que había dicho que no quería a nadie en el hospital hasta que estuviera dentro mismo del paritorio!. En fin…

A eso de las 3 llegamos al hospital. Exploración. “Bueno, has dilatado un centímetro. Te subimos a planta y a esperar”. Y esperamos, y esperamos, otra exploración, un solo centímetro, esperamos, esperamos, otra exploración, un solo centímetro. A todo esto me han puesto el monitor. De las contracciones yo sólo me entero por el monitor. “Mira, esta ha sido más fuertecilla, ha marcado xxx en el monitor”. Y seguimos esperando… Hasta 12 horas. 12. A las 15:00 me dicen que ha pasado mucho tiempo desde el pinchazo y que me llevan a provocarme el parto. Bueno, pues vale, que ya me aburro aquí…

Me llevan a la sala de dilatación, me enchufan una vía y ¡comienza la fiesta de la oxitocina!. ¿Pero quién sintetizó la hormona esa del demonio? No se la deseo ni a mi peor enemigo, en serio. Me voy a ahorrar muchos detalles. Sólo diré que casi muero. Que yo, que siempre he querido al menos dos hijos dije que se quedaba de hijo único y punto pelota. Que con cada contracción me sentía morir. Juro que no soy quejica. No lo soy. Ahora pienso en aquel momento y me siento una floja. Pero de verdad que me moría…. A todo esto de vez en cuando entraban, me exploraban, me decían que había dilatado sólo un centímetro, me subían la dosis de la hormona del demonio…

Cuatro horas después vino mi salvadora. Ésa, a la que estaré eternamente agradecida, que dijo “llevas mucho rato ya, te vamos a poner la epidural en cuanto suba el anestesista del quirófano”. A Dios gracias, no tardó mucho en subir. Menos mal. Me pusieron la epidural y me quedé dormida. Estaba agotada. Claro, no podía durar mucho el momento de tranquilidad. Más exploraciones, “estás sólo de un centímetro. Pero el niño quiere salir, ¿eh?. Que le toco la cabecita”. ¡Cómo no vas a tocarle la cabecita, si llevamos cinco horas dándole caña para que salga, cacho arpía!. Suben la dosis, me ponen otra hormona (ni idea de cuál, estaba demasiado cansada como para prestar atención) para acelerar el proceso, me exploran otra vez….

Y así hasta las 22:00. Entonces deciden que no, que si en 19 horas no he dilatado más que un centímetro igual es que no voy a dilatar más. ¡Por Dios! ¿De verdad les cuesta tanto llegar a esa conclusión? Y que me van a hacer cesárea. O sea, que aún encima tanto sufrimiento para nada. Bueno, pues vale, pues cesárea. Pero ya, por favor. Que quiero descansar (sí, ilusiones de primeriza. ¡Descansar! Angelico, debió de pensar la matrona). Entramos en quirófano y tras un “pero qué tranquila estás” por parte del anestesista y un poco de trasteo por allí sacan al Pq a las 22:45. Casi 20 horas después de ingresar. No me tocó la “hora corta” que me deseaba todo el mundo. Qué le vamos a hacer.

Se lo llevan y el anestesista, que tenía ganas de sacarle punta a todo me dice “¡anda! no has echado ni una lagrimita ni nada”. Entendedme, no lo había visto aún. Para mí era como seguir embarazada. ¿Por qué iba a llorar?. Después de un ratico más me lo traen, limpito, con los ojos abiertos y esa carita tan mona… y ahí ya se pudo quedar a gusto el hombre, porque sí lloré. Ya era madre. A todo esto seguían trasteando en mi cuerpo. Se pudo quedar a gusto de nuevo el anestesista, porque oí las inquietantes palabras “es que sangra mucho, tiene el músculo muy duro, o como con callo, como si no fuera primeriza” y ya sí que me puse nerviosa, claro. El hombre no hacía más que darme conversación para que no oyera a las otras dos. Intento frustrado, querido. Soy mujer. Puedo tener la cabeza en dos sitios a la vez.

El caso es que terminan de coserme, y yo deseando que me dieran a mi pequeño… y me quedé con las ganas. “No, no, ahora tienes que ir a la sala del despertar”. Pues vaya nombrecico. Para mí fue la sala del dormir. Y menos mal, porque me esperaban 4 noches… (bueno, y las demás, pero las 4 del hospital las recuerdo con horror, pero eso ya es para otra ocasión).

Y así, a las 4 de la mañana, 26 horas después de levantarme a hacer pis y 25 después de ingresar subí a planta. Con mi marido y mi hijo. Y después de unos días que fueron un infierno de no dormir y recibir visitas, muchas visitas, muchas más de las que yo habría querido y sin horario respetado, empezó nuestra nueva vida. Que, con todo, es maravillosa.

14 comentarios:

  1. Tal y cómo lo cuentas no sé si fue peor el parto o aguantar a las visitas después de estar horas con las piernas abiertas, dejando que todo el mundo que toquetee y con tremendos dolores.

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    1. Pues yo sí lo sé. Realmente fueron peor las visitas posteriores... No creo que haga un post completo porque no recuerdo muy bien todo. Pero sin dormir, porque no dormíamos, y con gente que no respetó ni los horarios de visitas del hospital... Creo que se entiende por qué llegué a espetar un "¿Tú que haces aquí?" a una visita que se presentó justo cuando yo estaba solita con mi niño intentando dormir...

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  2. Aysss....eso de reproducirse me suena a cosa mala. Cuánto dolor, cuánto trabajo....cuánto TODO!!!! :-((((
    Si, ya lo sé, lo dicen todas: luego compensa, y tal y talllll. Yo lo que creo es que nos llevamos la peor parte :-/

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    1. ¡Por supuesto que nos llevamos la peor parte! En el parto y después, eso ni dudarlo. A mí me compensa, y de hecho ya estoy pensando en repetir... pero vamos, que cada uno es muy libre.

      Alucinada me dejaste con lo que me pusiste en twitter. ¿Pero qué derecho tiene nadie de llamarte nada por no querer ser madre?

      Ainsssss, si es que hay mucha gente muy poco razonable y/o que debería tomar All Bran por la mañana...

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  3. Es verdad que es muy parecido al mío, horas y horas de esperar para que te hagan el costurón !! Si te ayuda diré que mi segunda cesárea fue mucho mas corta, a la hora de ingresar estaba en quirófano y luego comí y tan pancha, por si no descartas el segundo después de recordar el trauma!!

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    1. Ya te lo dije, ya. A mí me dejaron comer sin problemas, y beber también. A mi madre le sorprendió y le dijeron que "lo de no dejar era antes". Te tocaron los anticuados, parece.

      Bueno, se supone que ahora que saben que tengo problemas para dilatar no me tendrán tanto rato, ¿no?. Y sí, estoy animada para el segundo....

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  4. El principio de tu parto iba a la par que el mío, pero luego... ay pobre! Vaya aventura que pasaste!
    Desde luego, como te tuvieron tantas horas así!
    Es verdad que luego todo se olvida cuando tienes al peque contigo, pero leches! Hay cosas que se pueden hacer mejor
    Y el tema visitas ya es el colmo! Pero la gente no sabe lo que es un parto? Y mas aún, que una cesárea es una operación? Que rabia me da que la gente sea tan egoísta, y solo piensen en ellos y en conocer al recién nacido (conozco casos de visitas que han ido constipadas al hospital, propiciando que el bebe se contagiara).
    Pero bueno, es agua pasada y me alegra que hayas compartido tu historia, así nos vamos conociendo un poquito mas!
    Besos!

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    1. Pues mi marido tiene la teoría de que me tuvieron tantas horas porque era sábado y como está sólo el personal de guardia y hubo muchos partos pues se olvidaron un poco de mí. Que tampoco descarto que fuera eso. La verdad es que no sé cuánto tiempo tienen a la gente con la oxitocina antes poner la epidural...

      Lo de las visitas... Mejor no hablo, que me caliento. Y aún encima casi todos los "impertinentes" de mi familia. No te digo más.

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  5. Me duele de sólo pensarlo. Pero ahora que estás bien entrenada con tanto correr seguro que el siguiente sale disparado :)

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    1. Sí, sí, la famosa "hora corta". Algún día te lo contaré (espero).

      Yo ahora me siento como si hubiera sido una quejica, pero la verdad es que en el momento lo pasé bastante mal...

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  6. Madre mía, yo creo que no he contado el de mis chicas. A lo mejor el de la mayor sí. Pero el de la segunda, fue como se dice en la películas, romper aguas y salir. Ni epidural, ni oxitocina, ni enfermeras que me atendieran. Menudo grito le pegué a la que me preguntó que qué hacía allí, "pues parir, no te digo". Ah! Ambos partos entré con 7cm de dilatación. Y tampoco soy quejica ;)
    Cuando es el cumple de tu peque?

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    1. Si lo has contado no he llegado... A ver cuándo tengo un ratico y buceo otra vez por tu principio. ¡Yo tengo mucho más que leer de lo que tú tuviste!

      Me encanta la frase de "pues parir, no te digo". Genial.

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  7. Pero nena tu cuantos post escribes x minuto? Q no doy a basto.
    Vaya parto niña!!
    A ver si m animo a contar los mios pero igual me censurar x soltar tamtos tacos contando el primero.

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    1. ¡Jajaja! Yo tacos la verdad es que no solté.

      El parto... pues mira, la verdad es que hay muchos como éste, qué le vamos a hacer. Ya sabemos aquello de "parirás con dolor" antes de quedarnos embarazadas, así que...

      Y lo de los post... ten en cuenta que estoy en mis inicios. Imagino que con el tiempo bajaré el ritmo. Y eso que tengo varios que tengo que escribir pero como no me salen de corrido como éstos sino que los tengo que meditar no los estoy haciendo...

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